…5, 6 y 7!!!

Si bien es un título poco ortodoxo, se trata de un perfecto resumen de las capturas más representativas de mis aventuras de pesca por el embalse de Tous tras el esox lucius, aventuras que he comenzado hace ya casi un año luego de haber vuelto de un viaje de vacaciones por mi tierra natal, la Argentina, donde de la mano de amigos nuevos y viejos me había envenenado con la pesca de buenas piezas en ámbitos tan dispares como la “Usina” o el amado Gualeguay y la pintoresca San Pedro.

Así pues, una vez en territorio español y con ganas de más, me puse en contacto con gente del foro de aquí, gente que no conocía de nada pero que, al igual que muchos de los lectores de este artículo en Argentina, me han hecho sitio en sus salidas de pesca y en sus vidas sin apenas conocerme. Aquí he dado con Alfredo Vázquez, y por medio de él, con Federico Romeu.

La aventura comenzó en diciembre del año pasado de la mano de Alfredo (muchos habrán leído el relato de “Lucios con periquitos”) y allí fue donde la locura luciera se metió en mi cuerpo. Ese mismo día perdí un buen ejemplar que rondaba los 7 u 8 kilos por no tener un equipo adecuado, sino una caña mala que no hizo su trabajo al intentar clavar en la boca del esócido una spinner de 9 pulgadas y con anzuelos 8/0!!! Sin embargo, ese incidente y ver tan de cerca un bicho como ése sólo consiguieron que se despertara en mí la bestia!!!

El lucio fue reintroducido cerca de 1950, y digo reintroducido por que se han encontrado restos fósiles que datan de más de mil años que demuestran su presencia anterior.

No paraba de rondarme el recuerdo del luciodrilo escupiendo la spinner y, dado que eran fechas navideñas, le pedí a Papa Noel mi primera caña custom luciera. Así contacté con Alejandro Millán y luego de acordar detalles para el armado y precio se puso en marcha la “Magnus Maxillae”, pero eso es motivo de otro artículo!!!

Luego de un par de meses estaba conmigo la nueva cañita, y yo ya me había aprovisionado de algún material luciero, pero por motivos varios nuestra nueva salida luciera se postergó hasta un frío día de marzo. Si bien se nos había pasado la mejor época, en esa salida clavé un lindo bass de más de 2 kilos con un pikie de 6 pulgadas destinado al esox. A la vuelta y regresando a la orilla nos cruzamos con Federico, a quien Alfredo conocía desde hacía un tiempo, y me lo presentó convenientemente.

Tras compartir una merienda y unos trozos de tarta de zapallitos de mi autoría, quedamos en salir a pescar algún día, ya que Federico solía ir solo muchas veces y no tenía problema en adoptar a un compañero.

La llamada a pescar se fue demorando un poco. Compromisos de ambas partes, competición de pesca de Federico y demás yerbas estaban retrasando lo inevitable: que dos locos se juntaran a pescar!!!

Resulta que Fede es panadero y eso significa que labura de 1 de la mañana a 8 o 9 y luego se escapa a pescar y al volver duerme un poco y a la noche siguiente debe seguir laburando, así que yo le dije: “No quiero ser un incordio, conozco los límites de mi locura”, eso en referencia a no descansar y pescar, pero resultó que él estaba más “loco” que yo!!!

 

Comencemos con la pesca!!!

Llegó el día y fue el 8 de septiembre. Si bien no es época de lucios, yo estaba preparado y, al comentar con Alfredo mi próxima salida con Fede, me dijo: “Si encontrás un lugar profundo, probá”. Esa idea no paraba de rondar mi cabeza pero mi sorpresa fue mayúscula al ver el embalse al menos 20 metros más bajo que hacía 6 meses y con el nivel más bajo de los últimos 10 años.

El calor agobiaba pero fuimos probando con vinilos de todo tipo y también con varios crankbaits por mi parte para tratar de pescar basses, que sería lo adecuado para la fecha aunque, claro, se trata de una pesca mucho más rápida que la del lucio; sería más o menos como pescar al golpe contra unas barrancas y que por el lado contrario alguien tratara de pescar hacia el veril del río rascando el fondo!!!

Federico iba consiguiendo capturas de basses no muy grandes pero que rondaban el kilo y medio y yo iba haciendo sapo. Veía cómo los basses perseguían mi RR9 pero no se animaban a morderlo y aunque probaba también muchas cosas más no había caso; mientras tanto, cuando la sonda marcaba más de 10 metros agarraba la caña de lucios y con el pikie hacia unos lances que muchas veces acababan en enredo y corte.

En un momento, y tras haber cortado el hilo en tres de sus cañas (llevaba doce equipos), Fede me dijo: “Me voy a atar a esa rama así vuelvo a montar” (atar el bajo de línea). Ahí vi la oportunidad: estábamos en una orilla con un cortado importante que tenía un desnivel de 2 a 17 metros de profundidad en tan sólo 10 de distancia,  casi un lugar paradisíaco!!!

Ni lento ni perezoso hice el lanzamiento bien largo, todo lo que los 8,11” de la caña y el Curado 201 DHSV con el pikie de 6” y cabeza plomada de 30 grs me permitieron, no podría precisar cuántos metros, pero fueron bastantes!!! Dejé que profundizara y, una vez que tocó fondo, comencé la recogida con dientes de sierra y tirones alternados y poco a poco fui arrimando el lure al bote; mientras tanto, Fede estaba atando sus plomos y anzuelos de drop shot y texas pesado y liviano, pero a la vez se mantenía atento a ese lance que tanto prometía.

Faltando unos 10 metros para llegar al bote sentí un toque seco y contundente, nada escandaloso pero sí lo suficiente como para generar una duda y, como se suele decir “ante la duda CLAVÁ”, lo hice y menos mal, ya que podía ser el famoso “Plata o Mierda” del amigo Cot, pero se transformó de inmediato en plata!!! La curvatura de la puntera y los cabezazos dejaban adivinar que del otro lado había una presa digna, una presa que en mi mente ya había pescado cientos de veces; sin embargo, en ese momento se habían borrado todas esas especulaciones previas y en mi mente sólo había lugar para la pelea entre el lucio y yo, y además la voz de Fede que me alentaba ya que también intuía que había una buena pieza al otro extremo del hilo!!!

La pelea fue intensa, estresante y divertida, todas esas sensaciones estaban dadas porque en mi anterior encuentro la balanza se decantó por el amigo esox. En cambio esta vez, y gracias a la pericia de Fede con el bogagrip, el hermoso lucio de 6,2 kilos estaba dentro de la barca.

Me quede mirándolo un momento y pensando en cuánto placer me daba el tener finalmente mi revancha, al fin poder pesarlo y fotografiarlo para luego devolverlo a su medio y que continuara creciendo, no sin antes susurrarle al oído: “Cuando peses más de 10 kilos te vuelvo a buscar!!!”.

Ese día fue memorable para mí porque semejante luciaco en un día tan veraniego no tenía mucho sentido, pero así fue y lo disfrute a full.

La promesa de volver estaba hecha y quiso la fortuna que en corto tiempo estuviésemos allí pescando nuevamente. En verdad no había pasado ni un mes!!!

El 1º de octubre estábamos nuevamente botando la “Palaquilla”, nombre del casco de aluminio que tiene Fede, y tras un rato de navegación tentando a basses y lucios por igual. La jornada fue aburrida, con muchísimo viento y poquísimos piques, en mi caso sólo tuve un pique errado en 4 horas de pesca, algo desesperante; pero la recompensa llegaría esta vez en forma de bass: mi record personal y pescado en la punta de una recula al estilo cuatrero!!!

Llegamos a ese punto en donde el canto de la ladera se adentra en las profundidades y Federico con un buzzerjet de DEPS logró levantar un par de buenos basses de las profundidades, le tiraban tarascones pero no lograba clavar y se veían 3 o 4 más de buen porte en actitud guerrera. Fue allí que ni tonto ni perezoso le lancé mi Moro Deconto Super Baitpopper y tras dos poppeos y al estar crankeando vi al bicho atacar sin contemplación. Como a su vez Fede traía su lure a dos metros del mío en forma paralela, eso despertó el instinto asesino de estos bichos y logramos un lindo doblete.

El bass en cuestión arrojó en la balanza un peso de 2,6 kilos, algo muy lindo para mí ya que no había logrado nunca uno como ése!!!

Si bien los lucios no dieron la cara y no hubo más piques en el resto del día, para mí fue bastante con ese pescadito!!!

Como la locura y el frenesí no paran, nos volvimos a encontrar el 25 de octubre. En la previa no sabía si iríamos o no ya que la lluvia azotaba desde hacía un par de días; sin embargo, la llamada a Fede la tarde anterior fue determinante pues me dijo: “La lluvia es la lluvia… y la pesca es la pesca!!!” , así que a las 9 de la mañana del 25 estábamos allí.

Era un excelente día para el lucio y la lucioperca, una especie que tiene un carne muy sabrosa y no presenta una pelea muy fuerte. La idea era llegar a las cercanías de la presa y pescar en una zona luciera buena a la cual pude acceder desde la orilla en alguna otra ocasión.

Fuimos avanzando contra viento y escapándole un poco al agua y fuimos tocando al bass de pequeño tamaño pescando a drop-shot y shaky head, modalidades muy sutiles pero que fueron las únicas en dar resultado.

Habíamos sacado basses, una lucioperca pequeña y estábamos llegando a la zona buena, una olla cavada para hacer la presa, que tenía unas dimensiones de al menos 6 canchas de fútbol y una profundidad de 15 metros. Ni les cuento que mi pensamiento fue “Ahora sí!!!”.

Puse el pikie letal y al segundo lanzamiento un ¡tuc! contundente me advertía que algo había con el lure en la boca, así que clavada firme y una linda pelea hasta arrimar un lindo lucio que rondaba los 6 kilos pero que en el último instante ganó su libertad antes de ser fotografiado, pequeños errores al destensar la línea y patinar el boga hicieron fracasar el asunto.

Repuesto del trago amargo, no sin puteada de por medio, al segundo lanzamiento un pique más contundente aún se tradujo en una lucioperca de 1,8 kilos, la primera de mi vida, y lo raro es que suelen tomar engaños muy pequeños de unas 3”, máximo 4”, pero ésta no se asustó del pescadito de 6” que colgaba del hilo!!!

El regreso fue prematuro dado que la lluvia anegaba la rampa de barro y Fede tenía miedo de que no pudiéramos sacar el bote. Tras hacerlo, nos despedimos hasta la próxima.

El 2 de noviembre fue la siguiente salida, que no fue nada buena para Fede, quien una vez más me aguantó sin drama, porque fue una jornada muy ventosa y fría, clima que recién se revirtió casi a la hora de volver!!!

En la primera parada decidí poner un Hot’n Tot grande en color fucsia con un tuneo de rayas para imitar un cangrejo. En el primer tiro clavé un bass que nos dio el puntapié inicial, luego nos fuimos cambiando de lugares mientras nos refugiábamos de las rachas de viento en reculas y paredes.

La cosa no pintaba bien, la pérdida de otro bass era lo único que habíamos logrado, así que luego de parar a comer Fede encaró para la orilla de enfrente llena de cortados y, como no, profundidad!!!

El primer encuentro luciero estuvo a cargo de mi compañero, quien tras la clavada tuvo un corte (como buscaba basses no contaba con terminal de FC o acero) y me dijo: “Hay Lucios… y me picó uno bueno”. Enseguida pensé: “Ése no pica pero los amigos seguro que sí!!!”.

El tiro largo buscando la parte central de la recula y la bajada del pikie hasta los 17 metros se hicieron eternos, los nervios estaban a flor de piel pero aún así la recogida fue metódica, escudriñando todo el fondo, y así fue como el esox de turno se tentó y le pegó un mordisco a mi señuelo. Claro está que la clavada fue contundente y la pelea hermosa, con el resultado de un lindo lucio de unos 7 kilos subido al bote para la sesión fotográfica y prontamente devuelto al agua.

Abrazos y felicitaciones y luego, por supuesto, un nuevo lance bien largo para poder recorrer mucha agua. Durante la recogida sentí pequeños toques y recién a escasos 5 metros del bote el pez se decidió a atacar con ganas. Lo mejor fue que al picar tan cerca el lucio estaba lleno de energía y saltaba fuera del agua como un poseso, fue maravilloso ver cómo un pez tan hermoso y con sus 5 kilos sacaba todo su cuerpo fuera del agua y vendía cara su derrota.

Con esa pieza nos despedimos de la salida, bastante infructuosa para Fede pero de lujo para mí!!!

Espero no haberlos aburrido mucho y haberles hecho vivir aunque sea por un rato esos maravillosos momentos que tanta alegría me han aportado, no sólo por la pesca sino también por la compañía de un muy buen tipo: Don Federico Romeu!!!

En próximas entregas les seguiré relatando mis aventuras en busca del 2 dígitos, una bestia que sobrepase en la báscula los 10 kilos!!!

 

Equipos:

 

En mi caso sólo llevo 3, uno de lucio y dos de bass, el de bait y el de spinning para pescas como drop-shot.

El de lucio está compuesto por una caña custom armada por Alejandro Millán, un muy buen armador que tiene un gusto exquisito y siempre monta las anillas en espiral, un polvo de caña que vale cada euro que pagué.

Se llama “MAGNUS MAXILLAE” porque es un poco la referencia de lo que busco con esta caña: bichos de mandíbulas grandes!!!

La vara es una MHX, el modelo SWB956 de 7′ 11” de largo, 12-25 lb y un rango de ½ a 2 oz con una acción Fast/ parabólica, ideal para que no se desclaven los peces, obviamente en un tramo.

El reel de momento es un Curado 201 DHSV cargado con Powerpro de 40lb y terminal de Fluorocarbon de la marca Polaca Jaxon, en diámetro de 0,60.

El de bass de bait lleva una caña de la firma E21, la Carrot Stix modelo Boyd Dukket Clasic Gold en medida 7,2” y accion Medium Moderate un rango de ¼ – 5/8 y 12-20 lb con un reel Curado 101 D cargado con multi P-Line Spectrex IV de 15lb y bajo de Fluorocarbon de 0,25.

El de spinning  lleva una caña E21, la Carrot Stix modelo Boyd Dukket Clasic Gold en medida 7” y accion MH Fast con un rango ¼ – 5/8  y 6-18 lb  con un reel Shimano Sustain 2500 FE cargado con  Powerpro de 20lb y bajo de Fluorocarbon de 0,25.

Fede lleva una gran cantidad de equipos pero cada uno tiene su utilidad, por ejemplo: si ve un bass que se muestra activo tras un crank pero no se decide a tomar, enseguida le tira un vinilo ínfimo montado a drop-shot y eso es picada segura!!!, y asi con cada equipo que lleva su montaje específico.

Señuelos de todo tipo, muchos vinilos y crancks, y para lucios pikies de 6” en cabezas plomadas de 1oz y anzuelo 8/0 con ciertas modificaciones personales.

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7 Respuestas

  1. Kind dice:

    Notón, Gonzalo! Debe ser fascinante pelear y sacar un luciodrilo! Y la verdad que el relato no sólo explica sino que además permite fantasear un poco y nos acerca a esos paisajes distintos con especies que de otra forma son para nosotros sólo un video más de pesca en youtube, en cambio con tus palabras se contagia la emoción que experimenta el pescador.
    Un abrazo

  2. Sergio Tamer dice:

    muy buen relato Gonzalo, y exelentes fotos!!!!!!!

  3. DARIO MEDINA dice:

    que buena nota, muy interesante amigos sigan adelante!!!!!

  4. G.I. Ramone dice:

    Gonzalo, disfruto muchisimo leyendo sobre especies foraneas, me funciona como disparador de ideas para aplicar con nuestros peces. y esta es impecable!

  5. Telmo dice:

    Impecable Gonza!…excelente relato para mejores pescas!… Un fuerte abrazo amigo!

  6. Muchas gracias a todos por los comentarios y gracias a vos Diego por dejarme participar en este lindo lugar!!!
    Es realmente una pesca muy linda, aunque pensandolo bien…..que pesca señuelera no lo es???? jajajaja
    Saludos a todos y gracias por comentar

    • Koyote dice:

      El agradecido soy yo Gonza, por tus aportes y por tu buena onda de siempre. Es un placer ademas leerte de vez en cuando, con estas pescas, para nosotros exóticas. Gracias por deleitarnos una vez más.