Cuando Florece el lapacho… Empedrado

“Cuando florece el lapacho…es señal de que llega el dorado”, cuenta el refrán litoraleño. Este árbol particular que tiñe de rosa las costas y las ciudades del noreste argentino florece (de allí el color) cuando aparecen los primeros “calores” de agosto y el invierno comienza a dar paso a la primavera. Esta característica de los lapachos coincide con el aumento de actividad de nuestros amados tigres del río. Comienzan a producirse migraciones y se forman cardúmenes que incrementan las posibilidades de pescas exitosas. Es la señal natural que nos da el ambiente de que ya es buen momento para ¡salir a pescar DORADOS!
Este fin de semana, del 23 y 24 de agosto, me tocó estar en Empedrado con motivo del 1º Congreso de Pesca y Conservacionismo (que será motivo de un próximo artículo), y lo primero a lo que le presté atención, cuando bajé del micro, fue a dos lapachos bien florecidos con ese color rosa tan característico, que se veían desde la entrada a la ciudad, y por eso la pregunta surgió al instante: ¿se cumpliría el refrán?
El día domingo, en una salida de camaradería con varios amigos que participaban del congreso, sería la oportunidad no sólo de corroborarlo sino de conocer por primera vez para mí este pesquero.

Tempranito, nuestro amigo y guía de la zona, Moroko, nos pasó a buscar por el hotel donde estábamos alojados Baltasar y Fabiana del proyecto Dorados Tigres del río Juramento y yo. Rápidamente se sumaron José María Dansey, Director de Turismo de Empedrado, y Gonzalo. Mientras los esperábamos, tuvimos el primer síntoma de que se avecinaba una gran jornada. Balta quiso probar “La Bruja”, una extraña cruza de mosca y vinilo, de su creación. Una aberración maléfica, un engendro del mal que al segundo tiro ya tenía ¡un doradillo PRENDIDO! Risas, fotos y al agua.
Salimos al Paraná con rumbo sur a tratar de pescar un rato entre amigos.

De movida aluciné con el impacto visual de las barrancas: son altísimas, con una gran diversidad de colores y formaciones muy raras y curiosas, belleza natural pura.
Navegamos un rato, hasta llegar a la boca de un arroyo, donde nos encontramos con nuestros compañeros Carlos Solís, Sergio y Héctor de Puerto de Pescadores, y con José Luis de Extremo Litoral, con quienes compartiríamos la jornada.
Moroko ubicó rápidamente la embarcación por el medio del arroyo para bajar derivando y, a la voz de aura, volaron los señuelos al agua. Los piques no se hicieron esperar, al cuarto o quinto tiro ya teníamos el primer dorado arriba. A pesar de ver varias arremetidas contra mojarras sobre la costa, los ataques se producían en cualquier parte del cauce con muñecos de media agua y profundidad. La actividad fue intensa y por ráfagas, y por eso me dio la sensación de que se desplazaban en pequeños cardúmenes, buscando una zona donde el agua les fuera confortable, porque mojarras había por todos lados. No soy muy de hablar de pesos, pero para dar una idea, la mayoría de los dorados estaban entre los dos y los cuatro kilos, con algunos ejemplares más grandes intercalados.
La nota del día la dio Fabiana, quien nunca había pescado dorados, pues hasta este domingo sólo los estudiaba. Había traído su caña de mosca, pero las condiciones no estaban dadas para la modalidad, sólo pudimos efectuar algunos tiros sin éxito. Al ver al resto eufórico, nos pidió hacer unos tiritos para probar cómo era esto de ser “señuelero”, y al primer tiro embocó un dorado muy lindo, el primero de su cuenta. Fue un momento muy divertido.
Apenas pasado el mediodía, emprendimos el regreso porque nos estaba esperando un asado para ponerle el broche de oro al fin de semana. Había muchas ganas de seguir pescando, pero no hay que abusar, el río nos regaló una excelente jornada, sin grandes tamaños pero con mucha cantidad.
Al regreso al hotel y con el sol cenital, las barrancas estaban aún más espectaculares, así que aproveché para tomar fotografías.
Quiero destacar lo prístino que aún sigue siendo el lugar, vimos un yacaré, bandadas gigantes de biguás, gaviotas y garzas; jotes, caranchos, martines pescadores grandes y medianos, caracoleros y muchísimas más aves características de nuestros humedales. Aunque no los vimos, nos contaron que es bastante habitual la aparición de carpinchos. Así que para los amantes de los entornos naturales y la tranquilidad, el lugar garpa y mucho.
Todo esto contrasta con las sabidas historias de grandes depredaciones de peces, sobretodo de surubíes, que se ven en la zona. Una verdadera pena, porque realmente el lugar tiene un potencial excepcional. Esperemos que las actuales autoridades municipales sigan en este camino emprendido de trabajar en la concientización de que los peces son EL recurso turístico de Empedrado, y que es absolutamente necesario que estos peces estén vivos y en el agua, no en una ganchera o convertidos en harina de pescado. La ciudad respira pesca por todos lados, con decir que entré a comprar unas pilas a un kiosco y tenían en el mostrador una caja con anzuelos y demás elementos de pesca para vender.
Espero que la idea con la que se realizó el 1º Congreso de Pesca y Conservacionismo tenga continuidad y sea uno de los muchos pasos que emprenda Empedrado para seguir creciendo, tienen una verdadera perla y un potencial grandísimo para crecer muchísimo más. Empedrado, un lugar sin dudas para recomendar y si encima florece el lapacho…

Datos de color
Empedrado debe su nombre a la presencia de antiguas canteras de granito en sus cercanías. Se la conoce como “La Perla del Paraná”, debido a que a principios del siglo pasado se construyó en la zona un complejo hotelero que se conoció con el nombre de Mansión de Invierno, con la intención de convertir la ciudad en lugar de vacaciones invernales para la élite aristocrática de la época. Como los arquitectos fueron los mismos que construyeron los hoteles de Mar del Plata, “La Perla del Atlántico”, Empedrado recibió la denominación de “La Perla del Paraná”.

empedrado_01Agradecimientos
A José María Dansey, Director de Turismo de Empedrado, y a todos sus colaboradores por la organización del congreso.
A Oscar Daniel Mieres, Intendente de Empedrado, por el apoyo a la realización del congreso.
Al Costa Cocos Hotel, donde se realizó el congreso, y al Hotel S.O.M.U., donde nos alojamos, porque son dos emprendimientos de primera línea donde nos trataron de maravilla.
A Moroko Dzyhajlo, el guía de la zona con el que tuvimos el gusto de salir a pescar un rato.
A Carlos Solís, por ser uno de los artífices de todo.
Y un gracias gigante al resto de los compañeros con los que pasamos un fin de semana de excepción, armónico y generador de ideas muy positivas.

 

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1 Respuesta

  1. Baltazar Bugeau dice:

    genial la nota, que buen finde le pegamos en Empedrado Guillote….. sin duda cuando florece el lapacho!, hay que salir a hacer volar los muñecos y zambullirlos en el río!