La Amenaza Fantasma… Chafalotes

El chafalote, Raphiodon vulpinus, también conocido como Pirá Yaguá, Pez Perro, Machete, Espada o, como más me gusta llamarlos a mí: “chafa!!”, es uno de los peces que más me gusta pescar. Habitante de la cuenca del Plata, es pariente cercano de las cachorras amazónicas.

El chafa es conocido como el fantasma del río: esa característica de aparecer y desaparecer sin dejar rastros lo convierte sin dudas en un pez fantasmagórico, enigmático y misterioso.

Hablar de chafalotes sin dudas me transporta en el tiempo a mi adolescencia, a aquellas primeras pescas con señuelos  en el querido anexo “Chavarri” dela AAP, a “La Ollao al Agua Caliente”, o a “El Fierro”, lugares hoy míticos para quien les escribe, lugares en los que empezó mi pasión por los muñequitos que pescan. Seguramente esto hace que cada vez que tengo la suerte de pinchar uno, me invada la alegría; calculo que es un poco revivir aquellos años donde sólo importaba pescar… y también estudiar, porque si no mi viejo no me compraba señuelos ;-). Bueno pero esto no se trata de deportes en el recuerdo, sino de contar un poco cómo es la pesca de estos fantasmas del río.

El chafa es un cazador nato. Se vale de su velocidad y dientes para atrapar sus presas; cuando atacan, primero asesinan o al menos tratan de hacerlo con sus dos largos colmillos, para luego tragar su captura. La dentellada letal busca siempre la parte delantera del cuerpo de la víctima: si se fijan en los señuelos, la mayoría de las marcas las encontraran del medio hacia la cabeza. Los ataques se producen desde abajo hacia arriba, incluso también giran quedando panza arriba para que el impacto de los dientes sea una puñalada de arriba hacia abajo. La violencia del mordisco es tan grande que muchas veces se les parten los colmillos, quedando en ocasiones clavados en los engaños. Esta forma de atacar muchas veces se siente como un pequeño toque, que no llega a concretar en pique. Cuando esto ocurre, suele funcionar muy bien parar de recuperar, o comenzar a stickear con tirones de distinto largo e intensidad, para que el pique se concrete y el chafa sujete el artificial con firmeza.

Pescando con multifilamento noté que la clavada no necesita ser tan violenta como la que se le hace a un dorado, incluso conviene no tener tan ajustada la estrella para que sea más efectiva.  Una vez conectado el pescado, comienza tal vez la pelea más acrobática que puede dar un pez vernáculo. Con gran cantidad de saltos y piruetas son un deleite a los ojos, llegando incluso a pararse sobre la aleta caudal como un delfín. Al poseer un cuerpo estilizado y fino para ganar velocidad, no presentan una lucha muy larga, más si se utilizan equipos medianamente pesados. En este punto quiero hacer notar otra característica: el chafa crece primero en largo y luego en ancho. Esto quiere decir que un ejemplar de80 cmpuede ser joven o adulto, y eso lo podemos diferenciar por el ancho. A mayor ancho, la pelea será mas intensa, ya que se tratará de un pez con toda su musculatura desarrollada.

El chafalote suele movilizarse en cardúmenes de variada cantidad de ejemplares, con lo que es bastante común concretar muchos piques cuando se los localiza. Suelen ubicarse en aguas remansadas o a los costados de correderas, salidas de agua, bocas, puertos, etc. Es un nadador empedernido pero no se aposta donde el agua corre con furia, sino en los costados, o donde muere la correntada.

Su cuerpo está revestido de un mucus protector bastante grueso, conocido como “baba”. Ésta muchas veces funciona como delator de su presencia, ya que cuando la piola toca el cuerpo, éste le deja un rastro de “baba”. Es un dato muy valioso, ya que no sólo nos permite detectarlos y saber que están, sino que nos da una idea aproximada para calcular más o menos la profundidad en la que se están moviendo y de esta manera seleccionar un engaño que navegue un poco mas arriba para concretar los piques.

Los señuelos chafaloteros por excelencia son los minnows, de cuerpo bien fino, con poca amplitud y buena frecuencia. El tamaño de las paletas está en relación a la profundidad donde se encuentren los peces. El minnow, además de que les resulta muy atractivo, tiene la característica adicional de facilitar la clavada porque se desliza entre los dientes que lo están sujetando. En segundo lugar dejo a los twitches y jerks, nuestros queridos “Taraditos” (pueden  ver una nota que explica estos señuelos), que son letales cuando están cazando a flor de agua. En tercer lugar los lipless y los que tienen forma de “mojarras”. Cuando se da con este último grupo suelen ser bastante selectivos. Por último dejo a los cranks “gordos”, los que particularmente no les resultan muy atractivos y clavan poco. También son muy utilizados, y con gran éxito, tanto cucharas ondulantes como jigs de pelo. Si bien los chafas suelen ser muy elegidores de colores y formas, no se necesitan infinidad de muñecos: una docena, docena y media bien elegida es suficiente, y más aún para un pez que nunca garantiza su presencia.  Los chafas suelen “hundir” señuelos; sí, lo que leyeron: los HUNDEN, ya que con las dentelladas suelen perforar el plástico y llegar a la parte hueca, con lo que comienza a entrarles agua y empiezan a nadar mal. Estos soldados inutilizados se pueden reparar en casa tratando de encontrar las pinchaduras; se debe secar el interior y luego cerrar con un poquito de poxipol, o algún sellador para impedir nuevas inundaciones. No se requieren grandes tuneos de triples, al no ser un pez de la potencia del dorado: un alambre fino clava mucho mejor en esa boca cuya principal dificultad es estar llena de dientes.

En cuanto a los equipos, no se necesita gran poder; al contrario: basta con una caña de bait de hasta 17 libras o una de spinning de hasta 15 libras, con reeles y multi equilibrados y líderes de acero de 20 libras de unos 20 a 25 cms.

Podría seguir escribiendo horas de esta pesca que tanto me apasiona y seguir contando mis experiencias, pero prefiero dejar margen e incentivar la actitud investigadora del lector-pescador. El chafalote es una de las tantas especies habitantes de nuestras aguas en las que está todo por descubrir. Poco valorados por el grueso de los pescadores deportivos que se obnubilan con el trío dorado, surubí  y pacú, seguido de cerca por las bogas, son peces que están ahí esperando ser pescados. Espero que estas líneas despierten la curiosidad de algunos. Espero que comencemos a dedicarles más tiempo a los chafalotes para que pescarlos no sea fruto de la casualidad, para que se vuelva habitual decir “voy a pescar chafas”, para que dejen de ser “La Amenaza Fantasma”.

Quiero dedicar esta nota a mi viejo, Jorge Daniel Spajic, que tantas veces me bancó y me llevaba a pescar en aquellos comienzos. Con el compartimos innumerables pescas de estos bichitos. Gracias por todo.

Texto: G. I. Spajic
Fotos: Diego Aprigliano / Marcelo Saco

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11 Respuestas

  1. Muy buen relato y exelente experiencia.
    Que bueno poden meter un pescon de chafas despues de tantos años, ojala dure….
    Felicitaciones al team.

  2. Víctor dice:

    Buenísima Guille! Felicitaciones por la nota. Les “convido” algo para conocer un poco más a estos espectaculares fantasmas: http://www.pescadoresenlared.com.ar/2010/02/chafalote/
    Un abrazo!

    Víctor De Víctor

  3. ANGEL TORRES dice:

    EXCELENTE NOTA!… AQUÍ EN LA AMAZONIA COLOMBIANA (cuenca del Orinoco) HAY UNA MUY SIMILAR… DEBEN SER LAS CACHORRAS AMAZÓNICAS A QUE HACE REFERENCIA AL EMPEZAR EL TEXTO… PERO AQUÍ LAS CONOCEMOS COMO “PAYARAS”…
    SALUDOS.

  4. Hola… Lindisima nota! Me trajo recuerdos de cuando pescaba con señuelos… Ahora los pesco con mosca y siguen siendo tan apasionantes. Mi primera captura con mosca fue uno de los viejos Pirajagua (aqui se lo escribe con “j” y se pronuncia como “eye”) Desde entonces desarrolle un especial cariño por este guerrero. Saludos y buena pesca!
    Hector Solares
    Asuncion, Paraguay

  5. Aníbal dice:

    Guille
    Muy linda nota. Y muy rica tu experiencia, nutrida desde los viejos recuerdos hasta de la madurez del estudio y el conocimiento(gracias a tus viejos que sabían motivarte) . Y Gracias por compartirla.
    Mis felicitaciones al Doc y al Diego. Abrazo

  6. Sergio Tamer dice:

    buenisima la nota Guille!!! una sola vez hace como 15 años pude pescar uno en bs. as de visita en lo de mis tíos….. acá en el norte nunca vi esos bichitos….pero me imagino lo lindo que debe ser…….abrazo!!

  7. Nestor Saavedra dice:

    Muy bueno, Guille, bien contado, bien vibrado. En el Amazonas, por lo menos, vi tres especies, la cachorra grande, a la que vos y un comentario aluden, pero también hay una cachorra chica, como nuestro chafa, y una de cola negra y roja, que la llaman gato. Todas son tan divertidas como vos lo contás.

  8. Lucas Matias De zan dice:

    Muy buena la nota! saludos!

  9. mudo dice:

    Que pescón de chafas que hicieron, nos contó Aliani que pincharon una cantidad tremenda !! Que lindo !! Mis felicitaciones a los tres. Un abrazo.

  10. Carlos A.Arzubiaga dice:

    Supongo que el autor de la nota usa un seudonimo porque mis amigos y yo pescamos en la AAp desde 1960 al 70 y nos conociamos todos,y realmente no lo identifico, quiza era muy chico e iba acompañado porque en esos 10 años no nos perdimos ni un sabado, domingo o feriado y les puedo asegurar que fue el mejor lugar de pesca de todo Bs.As y la cuna de grandes pescadores mas los de la generacion anterior que fueron proceres.-Si lo desean puedo ampliar mis recuerdos.-.