Un loco en el asadito

Para entender un poco qué hay en la cabeza de un pescador a señuelo es que transcribo este diálogo cotidiano de los que suelo tener con algunos amigos que no son pescadores, o que son pescadores ocasionales, y que a veces tienen preconceptos erróneos o simplemente desconocen la manera en que un señuelero piensa y en consecuencia pesca.
Llámenlo “diálogo”, llámenlo “autorreportaje”, lo importante es que creo que puede servir para que algún caído del catre entienda mejor de qué se trata esto de pescar a señuelo.

Un viernes a la noche en el fondo de una casa de familia, a la luz de las brasas y mientras se cocina un jugoso asado, se da este diálogo entre siete amigos que se juntan a comer un asadito:

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Chapa: —¡Ja! ¡Qué HDP! ¿Así que mañana te vas a pescar y querés irte a dormir temprano?… ¡Un día entero a pescar! ¡Ladri! Te pasás el día tirado en un banquito rascándote mientras esperás que un pescado muerda la lombriz. ¿Y necesitas descansar para eso? ¡No me hagás reír! Yo me moriría de aburrimiento.
Koyote: —Mirá, primero que nada: hace unos cuantos años que ya no me ensucio las manos con carnada. Segundo: ¿quién te dijo que me paso el día tirado esperando? Nada más lejos de la realidad. Nada de esperar… Puede ser que pescando con carnada haya que esperar, pero con artificiales la cosa es muy distinta. Para pescar a señuelo tenés que castear todo el día. El señuelo o la mosca se tira y se recoge constantemente. Ponele que haga dos tiros cada tres minutos, que a veces hacés más de eso, son un mínimo de noventa casteos por hora, así que en un día de pesca tiré entonces cerca de setecientas veces, incluso más todavía según las circunstancias. Además te movés constantemente buscando lugares, recorriendo la superficie del agua. Capaz que te ponés a caminar y sin darte cuenta te peinás dos kilómetros de costa en una horita. Si el pescado no pica enseguida te movés, como no está ahí, entonces salís a buscarlo. ¿Esperar? No existe esperar. Hay que buscar constantemente. Si no tuviste pique en cinco minutos de estar parado en un lugar, no estás pescando, estás solamente perdiendo el tiempo. Esperar, nunca. Aburrirme, jamás.
Gary: —Ah, pero entonces es una boludez… ¿Tirás, pica y traés pescado, sin esperar? ¡Es más fácil que con la carnada!
Koyote: —A ver, ¿cómo te lo explico? ¿Justo vos me venís a decir esto? Para mí es fácil porque pesco hace mucho. Pero no es tan fácil como lo estás planteando. Si yo te pongo a pescar al lado mío aunque te preste mi mejor caña es probable que no pesques lo mismo que yo y hasta es probable que no pesques nada. No es tan fácil como suena cuando alguien te lo cuenta o cuando vez a gente experimentada pescando en la tele. Hay que tener práctica… Para darte un ejemplo: vos lo ves jugar a Federer en la tele y parece fácil lo que hace, pero todos sabemos que no es tan fácil, ¿o no?

asadito_06Gary: —Dale boludo, ¡no te hagás el “námber uan”!
Koyote: —Boludo, con esto no te quiero decir que yo soy el Federer de la pesca. Vos que jugás seguido al tenis, me agarrás a mí, que uso la raqueta en la playa para no aburrirme una semana al año, y me hacés de goma en dos minutos, ¿no? Esto es lo mismo. Vos con la raqueta me hacés de goma porque jugás seguido. Y no por eso sos el “námber uan”. Yo con la caña te hago de goma porque pesco seguido, así de simple. Además, si no ponés el señuelo o mosca correcto, en el lugar correcto, en el momento correcto, es muy probable que no pesques nada.
Toño: —Che, ¿y la suerte? ¿No tiene nada que ver?
Koyote: —Puede ser que el factor suerte a veces influya, pero en la pesca a señuelo influye muy poco. Para mí, esto es directamente proporcional: cuanto mejor hacés las cosas, más es lo que pescás. Tenés que conocer básicamente el ambiente, tu equipo, tus señuelos y el comportamiento de los peces. No es solamente arrimarte a un charco y tirar lo que tengas a mano. Lo que Gary sabe de tenis, yo lo sé de pesca. Y es como todo, de a poco vas aprendiendo cada vez más. Las primeras veces que traté de pescar a señuelo, no pesqué un carajo. Encima yo tenía, no sé… ni me acuerdo… doce años debía tener cuando agarré mi primer señuelo.

asadito_04Toño: —¿Tanto hace que pescás, boludo?

Koyote: —Sí, que sé yo… Pescaba con mi tío, con mi primo de pendejos. Y nadie enseñaba nada en esa época, no había internet, no había un carajo. Alguna Weekend de vez en cuando. Era todo prueba y error. Mi viejo me compró una caña para que no me aburriera mientras él cazaba pajaritos, y yo pescaba como podía, ni siquiera tenía gente cerca para copiarme. Fui aprendiendo como pude. Después empecé a ir al río y ahí algo aprendí mirando a los viejos que pescaban en el morro de Olivos o en el muelle de Anchorena, pero eso no tenía nada que ver con la manera en que pesco ahora. Esa sí era la pesca aburrida de la que hablábamos al principio. Yo empecé a tratar de pescar a señuelo a los doce más o menos y me costó bastante conocer todos los parámetros que juegan para pescar de esta manera, porque es completamente diferente y no tenía acceso a lugares buenos para pescar a señuelo. Para llegar a como pesco yo hoy, es probable que tengas que empezar pescando mojarritas con lombriz, y luego seguir probando diferentes cosas: dientudos, bagres, bogas, pejerrey, hasta llegar a pescar a mosca o a señuelo, como hice yo. No se aprende de un día para el otro. Yo al menos no creo que sea bueno saltearse ciertas etapas. Es como pretender ir a la universidad sin haber pasado por la primaria. Hay cosas básicas que se aprenden pescando de la forma tradicional. Yo creo que pescar con artificiales es una evolución del pescador tradicional. Una evolución que no puede darse si antes no aprendiste lo básico de la pesca.
asadito_02Mingo: —Bueno, ¿cuándo nos llevás a pescar entonces? ¡Y llevamos a los chicos!
Koyote: ¡Vos siempre el mismo larva, te entra por un oído y te sale por el otro lo que dije! No entendiste nada de lo que dije recién. Decí que hacés bien el asado que si no… Miren, si quieren vamos a pescar, pero no a señuelo, porque nos va a ir mal. Vamos a terminar zapateros, con algún señuelo clavado en el ojo de alguno de los nenes, o mordidos por una yarará… Yo los conozco a ustedes, lo que quieren es ir a hacer un asadito al lado del río… Eso lo hacemos cuando quieran. Pero para mí pescar es otra cosa. Cuando voy a pescar, no existe “parar a comer”. Perdemos el menor tiempo posible en comer. ¿Y hacer el asado? ¡Olvidate! Estoy pescando, no me podés pedir que pierda tiempo en hacer un asado. O vamos a comer un asado o vamos a pescar. Y los chicos… los chicos mejor los dejamos en casa. A Tomy cuando lo voy a llevar a pescar, lo tengo en casa tirando con un señuelo sin anzuelos, en el jardín, para que practique y después de eso recién lo llevo a pescar, ¡y encima lo tengo cagando! Si no, en cuanto te descuidás se ensarta él solo con los anzuelos. Es peligrosa la historia si no sabés lo que estás haciendo, y a mí con la salud no me gusta joder. Me gusta ir a divertirme, no a volver corriendo en medio del día con un anzuelo clavado en la jeta.

asadito_07Mandioca: —Pará, pará… Yo quiero sacar un pescado y comérmelo ahí al lado del río…
Koyote
: —¡Me hacés reír, boludo! ¿No pescaste en tu vida y te creés que vas a ir a un camping al lado del río, que vas a sacar un pescado digno de ir a la parrilla y que te lo vas a comer ahí mismo?
¡Olvidate! Por ahí hace cincuenta años eso podía llegar a suceder… Hoy, mejor llevate el asado, porque si no te vas a cagar de hambre. Y si no, paramos en Zárate, le compramos un sábalo a los malloneros y comemos eso, todo bien…
Lagarto: —Pará, boludo… ¿Pero entonces? ¿No te traés ni un pescado? ¿A qué vas? Al pedo…

Koyote: —Mirá, no hay tanto pescado en el río como la gente piensa… Los pescadores comerciales están haciendo unos desastres terribles. Más allá de eso, ya les conté: yo pesco desde muy chico y en algún momento de mi vida empecé a darme cuenta que para mí es mejor el pescado vivo en el agua que el pescado muerto en mi freezer. Hace varios años ya que me di cuenta que a mí me divierte tener una lucha con el pescado vivo, sacarlo del agua un toque, a veces me saco una foto, y lo devuelvo. Punto. Y si tengo suerte, en unos años lo volveré a pescar o lo pescará mi hijo, así que me volveré a divertir con ese pescado y otra vez lo devolveré al agua, porque me di cuenta que la lucha con el pez es lo que me llena de satisfacción. Ahí terminó mi pesca. Eso es lo que me hace feliz, lo que me divierte. Yo de chico he matado pescado, como la mayoría de los pescadores, pero como les decía, evolucioné. Me di cuenta que matarlo ya no me da ninguna satisfacción. Si quiero comer pescado, voy a la pescadería. Si quiero sacarme una foto con un pescado grande, y muerto, también puedo ir a la pescadería y tener esa foto. Pero eso no es lo que a mí me divierte. Otro ejemplo: es muy fácil tirar una red y levantar todo el pescado que se te cruce y también lo llaman “pescar” a eso. Es un poco menos fácil poner carnada y que el pescado caiga en tu anzuelo porque de casualidad pasó por ahí y porque está muerto de hambre. Pero yo voy a pescar por el desafío, por la satisfacción de engañar al pescado, así que primero tengo que encontrarlo, después engañarlo, y después pelearme mano a mano con él, porque uso equipos livianos para que la lucha sea más pareja y que a veces el pescado me pueda ganar la pelea. A mí me divierte eso, la búsqueda, el engaño y la lucha. La adrenalina que me fluye entre el pique y que lo sacás del agua es lo inigualable. Al menos para mí es así. Después de eso, mi rival, el pescado, en mi opinión merece volver vivo al agua. Porque me dio un lindo momento de entretenimiento y sé que se lo puede dar a alguien más, entonces por eso elijo devolverlo vivo. Me quedo con ese momento, como dice mi amigo Mandioca.
asadito_05Ale: —O sea que ni pesca, ni asado, ni mierda… ¡sos un amargo Dieguito!
Koyote:
—Yo los llevo a pescar, pero no como pesco yo. Ustedes no están listos para eso y no quiero volver con ninguno lastimado. Antes se tienen que hacer de abajo. Y si es por el asado, acá estamos perfecto, no me jodan.
Pity: —¡Qué personaje que sos, Dieguito!
Koyote: —Bueno, che… Los locos somos así.

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8 Respuestas

  1. fiera pocho dice:

    JAJJA… esas charlas son muy conocidas !!!
    Muy Bueno !

  2. Omar Civale dice:

    Lindo relato, te felicito. Lo leo y me parece que soy yo, tratando de explicarle a mis amigos, como es la pesca con señuelos. Es una batalla perdida, sin remedio. Abrz.

  3. Wilmar Merino dice:

    Muy bueno, lindo reflejo de cómo pensamos y sentimos los amantes de la pesca con artificiales y del pre-concepto que hay desde el afuera a esta actividad donde muchos piensan que pescar es una lombriz en un extremo de un sedal y un idiota en el otro.

  4. Hernán dice:

    Excelente!!! Clap! Clap! Clap!

    Me sentí muy identificado!!! 😀

  5. Pipo dice:

    Puedo firmar al pie de la nota? Muy bueno, felicitaciones. (las fotos la rompen!!!)

  6. Gerardo dice:

    jajajaja Excelente Diego! Encima que no hace nucho que estoy haciendo baitcast, lo que es explicarles a mis compañeros de pesca a la espera que me gusta mas revolear el señuelo que poner tripa en un anzuelo se me cagan de risa! Y ni hablar de no comer el asado al mediodia!!! Casi me hacen a la parrilla a mi solo por sugerirlo una vez…

  7. Rodrigo dice:

    exelente.. cuantas charlas parecidas tengo con mis amigos y mi hermano.!. una vez mas.exelente relato

  8. Ricardo dice:

    EXCELENTE. Me siento plenamente identificado, es el ‘problema’ de tener amigos que no son pescadores.
    Abrazos y gracias por la nota