“No me quedo con lo que capturo. Sólo le clavo un anzuelo con rebarba en la cara, lo arranco jadeando del agua, le arranco el anzuelo, y lo tiro de nuevo, dejando la duda de ‘que clase de Dios’ permite semejante cosa. “
“No me quedo con lo que capturo. Sólo le clavo un anzuelo con rebarba en la cara, lo arranco jadeando del agua, le arranco el anzuelo, y lo tiro de nuevo, dejando la duda de ‘que clase de Dios’ permite semejante cosa. “