Marcas

Cada día que pasa, pienso, que las cosas suceden por algo, no siempre son como uno las espera, pero a la distancia en el tiempo, uno valora sucesos de una manera distinta, valora esas MARCAS que te dejan las vivencias y los caminos que uno va recorriendo.

Esta es una historia de un joven pescador que por mediados de los ochenta, ya molestaba con sus anzuelos a los peces que andaban dando vueltas por el puerto de Buenos Aires, en el ex anexo Chavarri de la A.A.P., con una vieja caña de fibra de vidrio maciza, azul y un calador 211. A pesar de lo rudimentario de sus elementos, gracias a su padre y a viejos pescadores que allí pescaban, de los que aprendía, ya dominaba la pesca de bogas y algunas otras especies de la “variada”.

Una tarde, a la dársena, había entrado un enorme cardúmen de pequeñas palometas. Pescó unas mojarras para encarnar, adaptó su línea de flote “boguera” y comenzó la fiesta. Una tras otra, las palometas eran engañadas, pero esta fiesta iba a tener un invitado inesperado y especial, muy especial. Ya terminaba la jornada, solo quedaba el espinazo de una mojarra… Lo encarnó… Voló la línea unos diez metros, pasaron unos minutos, raro las palometas pican enseguida, se dijo a si mismo.
La boya camino de costado y se hundió, se produjo el cañazo certero, la resistencia fue mayor, tembló el agua y solo se vió una enorme cola naranja. Un pez que nunca se había cruzado en el camino de este pescador, estaba prendido, dos saltos y alcanzó el nylon que ataba el anzuelo, y cortó… ¡UN DORADO, UN DORADO! Gritó el joven. Masticando bronca emprendió el regreso, junto con su padre, sin saber ni imaginar que este hecho sería el principio de una obsesión. Una obsesión dorada.

En esa misma época, en ese lugar se juntaban unos locos que pescaban con “muñequitos”, señuelos, y a este joven pescador siempre le habían llamado la atención. Se acercó y les preguntó:

– Sacan algún dorado con estas cosas?
– Si, de vez en cuando alguno sale…
fue la respuesta.

Eso bastó para que comenzara a pescar con señuelos, con la final intención de sacar su primer dorado. Pero le costó… ¡Y cuanto!

Arrancó con las dificultades del caso, mirando, leyendo y preguntando. Comenzó a obtener sus primeros resultados, chafalotes y cachorros, se fue perfeccionando con las tarariras de Palermo (tal vez motivo de algún otro relato), pero los dorados no aparecían, o mejor dicho… Aparecían, pero se le soltaban SIEMPRE!
Redobló la apuesta. Lo que era de a ratos pescar con señuelos, pasaron a ser horas y horas de búsqueda. Escuchaba a los “spinningueros”, y los miraba tratando de mejorar, los copiaba, y aprendió de señuelos, aprendió como trabajaban, a que profundidad, los colores, las marcas, porque esto y porque aquello, todo en la búsqueda de resolver su obsesión.

Una mañana, cuando apenas asomaban los rayos del sol, llegó al “fierro”. Armó su equipo (ya bastante mejorado) ató un líder de acero, eligió su Rebel Deep cabulero, con muchos chafalotes encima, y caminó hacia el lugar elegido. Ajustó la estrella y lanzó una, dos, tres veces… Se produjo una frenada, un poco más fuerte que la de un Chafa, clavó, la caña se curvó y comenzó a vibrar… Sin saltar ya sabía lo que estaba prendido, sabía que era el momento, lo intuía, pero no confiaba, ya había pasado muchas veces, y siempre se soltaban. Dejó que actuara el freno, se mantuvo atento siempre a la tensión del nylon, poco a poco fue ganando esa batalla, con paciencia, planchó a su “enemigo”, se agachó, tomó el líder y lo subió… Sí, lo había logrado! Su primer dorado estaba en sus manos, su cara de alegría era inmensa. Tomó rápidamente su pinza, extrajo el anzuelo, tocó su cola naranja, y al agua a verlo partir.

Así fue como pesqué mi primer dorado. ¡Cuánto costó! ¡Cuántas cosas que despertó aquel pez que se me escapó! Aquel dorado me marcó como sus dientes marcan un señuelo, así llegó a mi, la pasión por la pesca, la investigación, la búsqueda constante de nuevas cosas para mejorar. Aprendí que era una cuchara, un minnow, un crank y un stick. Aprendí para que servían las paletas. Aprendí que era un Rapala, un Rebel, un Del, o un Storm. Aprendí muchísimas cosas, en fin así fue como me convertí en un loco que pesca con “muñequitos”, así me convertí en un SEÑUELERO!

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20 Respuestas

  1. Facundo Pujol dice:

    Amigo, un relato diferente y muy real, puedo decir que me siento identificado en gran parte de lo que redactaste. El dorado es un premio a la insistencia, a no bajar los brazos y focalizarse en un objetivo. Me encanto! Y las fotos, nostálgicas.
    Un abrazo enorme!
    Milanga.

  2. rodrigo dice:

    este tipo sabee..es un ejemplo para mi 🙂 y ni siquiera lo conozco,mas q por chat en el facebook.. siempre leo y me interezo por sus notas

  3. Diego Fayos dice:

    Gran relato de una historia en común. Muchos muñequitos, la misma pasión.
    Amiguito!

  4. marcelo saco dice:

    muy buen relato guille!!! espero que lo pueda leer mucha gente, en especial muchos “señueleros” que saben todo

  5. gab dice:

    faaaaaaaa la pucha que esta bueno el relato, no hay forma de no identificarse…

  6. Adrian dice:

    Ea como estar charlando con amigos de salidas de pesca de la infancia/preadolecensia lugares mutuos, sueños, carencias, el calador 210 mi primer ball bearing, escualo 78,despues daiwa, los rotativos abu zurdos cuando no existían los huevitos, la 1° caña de bait traida de afuera y la parafernalia, NOOOO…! y las primeras cucharas del que calidad, tanto, tanto, es todo tan lindo todo eso que paso y lo que vino siempre fue para mejor, parece que si hoy no tenes una caña de una luca y reel de ahi nomas no podes pescar, para todos los que empiezan todo llega, disfrútenlo la sofisticacion y el gusto viene solo sin darse cuenta, nunca desanimarse, todo llega y sino que lean esta nota. Sr. Ramone me saco mi gorra de pesca pero no mi chaleco, sigamos pescando, ex Tandanor hoy lo de Burns, ex darsena F, ex de todos los lados inimaginables donde encontrábamos agua para tirar el cañazo por Baires, Luego vinieron los viajes cada ves mas lejos y en una de esas vueltas me quede por aca.

  7. Sergio Tamer dice:

    che un lujito el relato. y a todos nos paso de aprender mucho por culpa de ese pescau que sin haberlo visto entero podemos decir que era gigante y se nos escapó.

  8. Iván Datri dice:

    No soy mucho de comentar Diego, pero me encantó ésta historia, que parece algo casi comun en varios de nosotros.
    Gracias

  9. Fede Garcia dice:

    Que buen relato. Todos tuvimos un inicio.. y eso no se puede olvidar.
    Hoy en dia se ven relatos mas modernos, donde se habla de Curados y señuelos magnéticos que hacen milagros. Pero cuando leo estas cosas me hace reflexionar un poco, acordarme como comence con eso. Por cierto, me hiciste entrar en duda de cual fue mi primer captura con un señuelo.. era tan pibe que ni me acuerdo!!
    Un abrazo Guille, excelente!

  10. Unclewalter dice:

    Hubo en esto de la pesca con Señuelos Grandes Maestros, reconocidos por todos nosotros desde luego. Hubo también una de las mejores Escuelas para Señueleros y por cierto quien haya transitado y ensuciado su ropa en Villa Tokio sabe de qué hablo.
    No me sorprende entonces que el “Pibe” …ya hombre, sea considerado y respetado en la actualidad como un SEÑUELERO.
    Amigo…un relato Vintage de los que nos gusta leer a quienes peinamos canas y cargamos años.
    Un abrazo…Walter

  11. sector7g dice:

    Impresionante relato Guille!!!! Felicitaciones!! 😀

  12. Pablo dice:

    Muy buen reato Guille, un gusto ver como arranco tu locura !!! Nos vemos pronto, un abrazo !!!

  13. IVAN FAURE dice:

    GENIAL AMIGO ESCOMO CUANDO UNO CUENTA COMO PESCABA CON EL VIEJO TE LO AGRADESCO PORQUE ME HACE ACORDAR DE ESAS COSAS

  14. Matutes dice:

    Excelente relato guille… Impresionante! Felicitaciones.

  15. omar civale dice:

    Guille querido, me siento tan identificado contigo, que parece hubieras leído las vivencias que guardo muy dentro mío. Es un relato perfecto de las visicitudes que atravesamos, aquellos que nos obsesionamos algún día en pescar con artificiales. Hiciste que retrocediera a los años setenta, cuando recién tomaba contacto con mis primeros señuelos, revoleados en punta Tokio. Excelente nota y gracias por revivir esas imágenes.

  16. anibal dice:

    Guille
    Hermosa historia. Gracias por compartirla.
    Seguro que a todos nos parecio en algo propia. Sobre todo a los más grandotes, que arrancamos con “tacuaras” y Escualos…la fibra mucho después …las cajas de chapa de dos compartimentos…Mi primer Escualo Mini tiene ya 44 años y funciona !!!. Las grandes marcas, la tecnología y el “MARQUETING” al que todos respondemos son complementos…la pesca está en nuestra pasión…en nuestro corazón !!!
    Gracias Guille !!

  17. Víctor dice:

    Excelente relato, creo que a todos nos mueve algo de nuestros inicios. Un abrazo!

    Víctor De Víctor.

  18. FieraPocho dice:

    Loco ..
    Estas llegando y tocando adentro de todos los que tenemos esta pasion..
    Muy buena historia.
    Me identifico mucho…
    Abrazo y buena pesca !!

  19. JuanGarcia dice:

    Excelente relato, me senti muy identificado.
    Realmente hermosa la historia, de eso se trata… de la insistencia y la paciencia.

    Un abrazo!

  20. marcelo gonzalez dice:

    muy bueno el relato ,muy real